Apocalíptica y utópica



Nunca he estado tan feliz como hoy, lo he dicho como profetizando el futuro. Estaba escrito en la Biblia. Caramba, era hora de volver a ser feliz ! escribió Dios. Un resultado de mi imaginación.

Mi felicidad es mía y de nadie más, mía así como ésta saliva que escupo cuando yo quiera, pero no ingrata.
Mi felicidad es diferente porque camino diferente, porque no vivo entre las huellas sino vuelo sobre ellas.

Es una libertad que me vuelve cada vez una completa incompleta. No como un monstruo perverso de algún cenízaro pantano que ahoga sin piedad sus más mansos felinos sino como una mitológica doncella que sus alas no puede guardar en tan estrecha aldea y por eso pasa noches en vela.

Mi vida, puramente como una cajita de Pandora mutada, sin nada pero con mucho: infinitos elementos que componen esto que es ahora mi vida

Capaz de amar varias veces a la vez, viviendo las 7 vidas que el gato tiene en una sola y respirando sollozamente cada una de ellas. Siempre tendré sed.

Cuento con tanto en mí que hasta me sorprendo de lo innato que es sonreír. No quiero provocar miedos y rechazo cualquier donación de vagos prejuicios.

Busco una simple legitimación de mi juicio: de lo que creo y no encrucijarlo como un hecho apocalíptico.

Seré el juez y la parte si es necesario, pagaré mis fianzas cuando deba. Solo le seré siempre fiel a una única cosa y es a lo que siento, lo siento.
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