Que sé yo
Sobre hechizos y lunas eternas
De naufragios y soles cansados
De Magdalena sonriente y Cristo invernando

Solo un cuerdo sin cordura
La balanza se inclina a la izquierda por el peso del sentir
La razón es expulsada dando un salto por el derecho
directo a la tal vía láctea

Qué sé yo
Sobre dignidad y pudor
Sobre canciones rockeras
De personas sinceras

No sé nada, solo siento
Si no siento, no soy nada.
Si pienso, no siento.
Pero si siento no pienso.
Sentir sin pensar,
Pensar sin sentir
¿Qué más da?

Que sé yo
De domingos enamorados
De viajar de la mano
De vestidos blancos
De futuros compartidos

Que sé yo...

Puedo escribir de errores
De ambivalencias
De mentiras
De horas en cautiverio en cuartos vacíos

¿Qué puedo saber más?

Si todo lo que debo saber se encarna en vos
Si todo lo que no quiero está en vos
Y con vos sigo
Pensando pero sin sentirlo
Una extraña mutación

¡Me declaro ignorante hasta que se compruebe totalmente lo contrario!

Me visita la noche

Enciendo el tocadiscos

Flamean las velas

Y bailo la misma canción

Con zapatillas diferentes

Y con otra clase de vino

Pero siempre

La misma canción

...

Saltan en mis manos rascacielos de recuerdo

Pienso en ¿para qué volví?

Si el ruido del mar no era ruido
Si el llanto del niño no era llanto

Si todo era un lenguaje
Si para mi todo eran madrugadas, placeres exquisitos e inimaginables paisajes

¿Para qué volví?

Si era desconocida, perdida entre un milenio.Sonrisa sorda entre los vendavales…
Si amaba no verte y añoraba extrañarte

¿Porqué no seguí ahí?

Me negué a decir sí , me negué a decir adiós, me negué a mi, a mi, a ti

He vuelto con la valija llena de sentimientos, un mundo descubierto y un pecho rojo como el flamante tinto que me tomaba en el ocaso

Hay un principio y con él el fin
Personas y otros ni qué decir
Gente de gente sin brisa y con llama

danzando con la alucinación
Hay ellos, estamos nosotros y cabemos todos
Hay un principio y con él el fin

Amo la música, vivo con ella. Sin embargo soy una analfabeta: no la se leer ni escribir
pero como una llama, esa musa se apodera de mí.

Aprendí a escucharla y no oírla, a sentirla dentro de mis vértebras.

La amo por que me revive, me eleva, me relaja y me mantiene concentrada

En cada rincón del cielo busco de su compañía, melodías que van y vienen con los aires de fuego…

Bemoles y sostenidos que levitan mi alma aun cuando el hierro intenta atarla.

La música es mía, no compongo ni la entiendo pero soy capaz de sentirla como un agujero en mi pecho.

Tal vez no soy músico pero entendí que hay dos tipos de ellos: los que la hacen y los que la disfrutan y ahí me encasillo yo, como cuando ella se encasilla en mi perpetua pasión que se ablanda con algún son.